¿QUIÉN LE HACÍA LA CENA A ADAM SMITH?.
Mujer
"Cuando Adam Smith se sentaba a cena, pensaba que si tenía la comida en la mesa no era porque les cayera bien al carnicero y al panadero, porque estos perseguían sus propios intereses por medio del comercio. Era, por tanto, el interés propio el que le servía la cena. Sin embargo, ¿era así realmente? ¿Quién le preparaba, a la hora de la verdad, ese filete a Adam Smith?", se pregunta la periodista sueca KatrineMarçal (1983) en este ensayo de título tan llamativo (2016).
La premisa que plantea Marçal aquí es que en la sociedad ha existido siempre, además del "segundo sexo" que mentaba la filósofa Simone de Beauvoir, una "segunda economía". Esa economía basada en los cuidados y el amor del ámbito de lo privado, que posibilitaba que todas las necesidades de las personas estuvieran cubiertas, de manera que hombres como Adam Smith (ese Homo economicus) pudieran dedicar su tiempo a pensar en las economías grandilocuentes.
Además, Marçal hace una radiografía crítica de cómo el sistema económico neoliberal ha potenciado el individualismo y el egoísmo como valores principales sobre los que, en su opinión, se sustenta.
¿QUIÉN LE HACÍA LA CENA A ADAM SMITH?.
Mujer
"Cuando Adam Smith se sentaba a cena, pensaba que si tenía la comida en la mesa no era porque les cayera bien al carnicero y al panadero, porque estos perseguían sus propios intereses por medio del comercio. Era, por tanto, el interés propio el que le servía la cena. Sin embargo, ¿era así realmente? ¿Quién le preparaba, a la hora de la verdad, ese filete a Adam Smith?", se pregunta la periodista sueca KatrineMarçal (1983) en este ensayo de título tan llamativo (2016).
La premisa que plantea Marçal aquí es que en la sociedad ha existido siempre, además del "segundo sexo" que mentaba la filósofa Simone de Beauvoir, una "segunda economía". Esa economía basada en los cuidados y el amor del ámbito de lo privado, que posibilitaba que todas las necesidades de las personas estuvieran cubiertas, de manera que hombres como Adam Smith (ese Homo economicus) pudieran dedicar su tiempo a pensar en las economías grandilocuentes.
Además, Marçal hace una radiografía crítica de cómo el sistema económico neoliberal ha potenciado el individualismo y el egoísmo como valores principales sobre los que, en su opinión, se sustenta.