ODS7
¿Cuál es el objetivo en este caso?
Garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna para todos.¿Por qué?
Nuestra vida cotidiana depende de servicios energéticos fiables y asequibles para funcionar sin trabas y de forma equitativa.Un sistema energético bien establecido apoya todos los sectores: desde las empresas, la medicina y la educación a la agricultura, las infraestructuras, las comunicaciones y la alta tecnología.
Y a la inversa, la falta de acceso al suministro de energía y a sistemas de transformación es sostenible y moderna para todos.
¿Qué es importante de este objetivo?
Durante décadas, combustibles fósiles como el carbón, el petróleo o el gas han sido las principales fuentes de energía eléctrica, pero su quema produce grandes cantidades de gases de efecto invernadero, causantes del cambio climático y perjudiciales para el bienestar de las personas y el medioambiente. Esta situación nos afecta a todos, no solo a unos pocos. Además, la demanda mundial de electricidad continúa aumentando rápidamente. En pocas palabras, los países no podrán impulsar sus economías sin un suministro estable de electricidad.
Sin electricidad, mujeres y niñas pasan horas buscando agua, las clínicas no pueden almacenar vacunas para los niños, muchos alumnos no pueden hacer los deberes del colegio por la noche, y la gente no puede llevar negocios competitivos. De no alcanzar nuestro objetivo para 2030, casi un tercio de la población mundial, en su mayoría mujeres y niños, seguirá estando expuesto a la contaminación nociva del aire doméstico.
¿Qué podemos hacer?
Los países pueden acelerar la transición hacia un sistema energético asequible, seguro y sostenible al invertir en energías renovables, priorizar la implementación de prácticas de eficiencia energética y adoptar tecnologías e infraestructuras de energía limpia.
Las empresas pueden hacer un esfuerzo por mantener y proteger los ecosistemas y comprometerse a obtener el 100 % de la electricidad que necesitan de fuentes renovables.
Los empresarios pueden reducir la demanda interna de transporte al dar prioridad a las telecomunicaciones e incentivar modalidades de transporte que exijan menos energía, como el tren, frente al automóvil y el avión.
Los inversores pueden aumentar sus inversiones en servicios energéticos sostenibles con el fin de introducir en el mercado nuevas tecnologías procedentes de una base de proveedores diversos.
A nivel personal, se puede ahorrar energía enchufando los electrodomésticos a una regleta y apagándolos completamente cuando no se utilicen, incluido el ordenador. También está la opción de ir en bicicleta, a pie o en transporte público para reducir las emisiones de carbono.